Ya vienen. A través de la niebla, se insinuan sus mortiferas cabezas. Pero donde más se sienten es en los pies. El temblar del suelo hace que te recorra un escalofrío por toda la columna desde abajo hasta erizarte los pelos de la nuca. Estas solo e indefenso, solo resguardado por la falsa protección que te da la niebla y esperas agazapado, casi sin respirar, que pasen de largo. Es el fin del mundo e intentas arrebatarle unos cuantos días más.
Casualidad de foto cuando me encontraba en un bar de Tarifa y vi aparcado en el exterior un coche decorado como en la película Taxi Driver, justo en el momento que observo que el bar tiene un cartel de la película.