Sueños rotos
Los sueños son los motores de nuestras vidas desde que somos pequeños. En nuestra infancia se forjan. En nuestra juventud, elegimos las maderas y los construimos. Cuando nos hacemos adultos, nos echamos a la Mar, no sin miedo.
Las olas devuelven los sueños rotos a la orilla al no atravesar los arrecifes de las dificultades de la vida. Algunos, simplemente, se hunden y no regresan ni sus retos. Otros, los más, quedan abandonados en la arena para que algunos los vean, con tristeza, y les recuerden a los suyos propios. Muchos abandonan sus sueños al contemplar las barcas desguazadas, presa del pánico, por lo que les pueda pasar.
Sin embargo hay otro grupo de personas, desgraciadamente los menos, a los que eso les mueve a construir barcos más resistentes para atravesar el arrecife pues, sólo así, más allá de las rocas traicioneras, se puede contemplar la playa, que es la Vida.
Quédate con esto:
Lucha con fuerza y cruza los arrecifes que aparecen en la vida.
NO TE RINDAS.
Sólo más allá contemplas la verdadera perspectiva de la Vida.
BÚSCALA.
(Enrique Martínez Toro).
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Sin embargo hay otro grupo de personas, desgraciadamente los menos, a los que eso les mueve a construir barcos más resistentes para atravesar el arrecife pues, sólo así, más allá de las rocas traicioneras, se puede contemplar la playa, que es la Vida.
Quédate con esto:
Lucha con fuerza y cruza los arrecifes que aparecen en la vida.
NO TE RINDAS.
Sólo más allá contemplas la verdadera perspectiva de la Vida.
BÚSCALA.
(Enrique Martínez Toro).