Más allá
Para las personas religiosas, independientemente de su confesión, la muerte es una frontera conocida por la que hay que pasar, incluso con alegría, pues la Vida Plena se encuentra más allá del último suspiro, del último aliento de nuestro imperfecto cuerpo. El encuentro con El Creador (que, antes de la
llegada del Judaísmo y religiones derivadas de ésta, como el Cristianismo, era la Diosa Madre) viene a suponer el culmen de la existencia de todo ser humano. El Alfa y el Omega. La vida, pues, hay que enfocarla y emplearla como tránsito de preparación hacia la Eternidad, cumpliendo así los designios de la Voluntad de Dios. Ejecutar y transmitir los Mandamientos Divinos, para hacer un mundo más justo, un mundo de Fé, y alcanzar, finalmente, el premio de la Eternidad del Alma, a imagen y semejanza de Dios
Para el resto de personas, la vida en si es el propio fundamento de su
existencia, una realidad plena donde, desde el acto de aceptación de nuestras propias virtudes y limitaciones personales, tratamos de aprovechar la
oportunidad que la propia vida nos brinda para ser felices y hacer felices a los que nos rodean. La transmisión de los valores humanos, basados en los
pilares fundamentales de los que ya hablaban en la Grecia Clásica
(generosidad, respeto, razón y libertad), hará posible dejar un legado honesto a los que nos sobrevivirán. Biológicamente, en la transmisión de los genes se asegura que parte de nosotros sigue tras la muerte de nuestro cuerpo. El
proyecto de dejar un mundo mejor a nuestros hijos ya supone un motor
suficientemente poderoso como para movernos a desarrollar, en nuestro día a día, los mejores sentimientos que llevamos dentro.
Quédate con esto:
Tu libertad te permite ser antes o después de la frontera.
TÚ DECIDES.
Sólo tú tienes la respuesta a la eterna pregunta:
Más allá... ¿EL FINAL O SIMPLEMENTE UNA FRONTERA?
Read Morellegada del Judaísmo y religiones derivadas de ésta, como el Cristianismo, era la Diosa Madre) viene a suponer el culmen de la existencia de todo ser humano. El Alfa y el Omega. La vida, pues, hay que enfocarla y emplearla como tránsito de preparación hacia la Eternidad, cumpliendo así los designios de la Voluntad de Dios. Ejecutar y transmitir los Mandamientos Divinos, para hacer un mundo más justo, un mundo de Fé, y alcanzar, finalmente, el premio de la Eternidad del Alma, a imagen y semejanza de Dios
Para el resto de personas, la vida en si es el propio fundamento de su
existencia, una realidad plena donde, desde el acto de aceptación de nuestras propias virtudes y limitaciones personales, tratamos de aprovechar la
oportunidad que la propia vida nos brinda para ser felices y hacer felices a los que nos rodean. La transmisión de los valores humanos, basados en los
pilares fundamentales de los que ya hablaban en la Grecia Clásica
(generosidad, respeto, razón y libertad), hará posible dejar un legado honesto a los que nos sobrevivirán. Biológicamente, en la transmisión de los genes se asegura que parte de nosotros sigue tras la muerte de nuestro cuerpo. El
proyecto de dejar un mundo mejor a nuestros hijos ya supone un motor
suficientemente poderoso como para movernos a desarrollar, en nuestro día a día, los mejores sentimientos que llevamos dentro.
Quédate con esto:
Tu libertad te permite ser antes o después de la frontera.
TÚ DECIDES.
Sólo tú tienes la respuesta a la eterna pregunta:
Más allá... ¿EL FINAL O SIMPLEMENTE UNA FRONTERA?