Búnkeres
Siempre me han atraído las construcciones industriales, y si estas están aisladas de los centros urbanos, mucho más. Estéticamente me parecen impactantes esas edificaciones, a veces colosales, en medio de la nada. Por este motivo me sentí gratamente ilusionado cuando Ángel Sáez Rodríguez, historiador amante del legado histórico de los fortines, me propuso, hace un año aproximadamente realizar una serie de fotografías que acompañasen el ciclo de conferencias que pretendía realizar sobre los mismos. Desde ese momento me he dedicado a recorrer diversas zonas de la costa gaditana plasmando la belleza y el horror de estas construcciones militares. Algeciras, Conil de la Frontera, Chiclana de la Frontera, La Línea de la Concepción, Los Barrios, San Fernando, Tarifa y Zahara de los Atunes han sido las zonas donde se han tomado estas fotografías.
La idea de Ángel era que la serie fotográfica fuese una visión artística de los fortines dispersados por las zonas cercanas al Estrecho de Gibraltar, con total libertad desde el punto de vista creativo ya que no buscaba fotografías documentales. Estas proposiciones son las que todo artista anhela, el poder plasmar en una obra lo que ve y piensa sin ningún tipo de cortapisa a su creatividad.
Os presento lo mejor de esta serie de fotográfica de manera online.
En estas imágenes he buscado conjugar el paso del tiempo, lo impactante de estas construcciones en su entorno y el horror de lo que en el fondo representa, la guerra, el sufrimiento, la muerte… Utilizando el blanco y negro con virado a sepia he querido reflejar el paso del tiempo, ya que la mayoría son de la guerra civil española y de la II guerra mundial. El uso principalmente de una óptica gran angular me ha permitido exagerar su magnitud y ubicarlos en su entorno. Y, por último, los fuertes contrastes en las imágenes provocan ese gran dramatismo que buscaba.
Te veo enfadado. Siempre enfadado. Me repites continuamente tu idea de que no te puedes fiar de nadie porque siempre tratan de aprovecharse de ti, que van contra ti, que pueden hacerte daño. Y has decido esconderte y protegerte, con rabia, tras una posición ofensiva-defensiva, segura y necesariamente agresiva (¿cómo - si no - podrás defender tu mundo?), mirando con la agudeza del desconfiado al horizonte de la sociedad donde, al fondo, se aprecia esa vida distinta, diferente, a la que temes…porque puede hacerte cambiar. Piénsatelo cuando el ruido de la vida te permita (te permitas, en realidad) un descanso. Tal vez no sean ella o ellos los que están contra ti. Tal vez seas únicamente tú quien está contra ti. No te creas tan diferente ni tan desafortunado. Ahí delante tienes la playa de la vida, con escollos y dificultades, perfectamente alineados para que no puedas evitarlos porque, ¿qué es la vida sino un crecimiento en la adversidad?. Hemos venido a superar las piedras afiladas de la orilla encontrando el camino al encuentro de las olas y, si no te decides a cambiar, siempre verás – con rabia y envidia - a los demás bañándose en el mar de la vida.